Quiero contarte una historia, mejor dicho: el recuerdo de una historia y de casi todas las emociones que me ha aportado.
Quiero que veas lo que yo he visto y sientas lo que he sentido. Y aprovecho ahora, que tengo los ojos bien abiertos, para decirte que mi miedo no era estar a su lado, era dejar de sentir lo que me transmitía y de no volver a ver su sonrisa.
No te vayas todavía, es el momento de enseñarte, con el corazón en las manos, los recuerdos de mi primer amor. Y espero que entiendas, que por mucho que lo desee, esto no acaba aquí; a decir verdad, no ha hecho nada más que empezar.
Creo que nada nace de la nada y, para entenderlo, te recomiendo que cierres los ojos y abras tu corazón.
QUEROFOBIA.
Miedo a ti.