Barcelona, sábado, 24 de mayo de 1952.
Parece que las cosas en la ciudad condal están mejorando. Aunque las cicatrices de la Guerra Civil, y sobre todo de la posguerra, son visibles para aquel que las sepa ver, no son evidentes para el recién llegado.
Un adolescente de buena familia aparece muerto en el Campo de la Bota, y los Agentes son convocados para encontrar a los culpables. Las extrañas circunstancias de la muerte pronto hacen asomar otras cuestiones, más mundanas, que podrían tener ecos en el pasado de la familia.
Como siempre, todo crimen tiene varias versiones, a cada cual más cruel.