En una era donde el colapso tecnológico y climático marcan la vida, los humanos han aprendido a ecuchar a las plantas y árboles para mandar señales y mensajes.
Soy codificadora de raíces, soy de las que he aprendido. Es una habilidad bien cotizada, por lo que puedo sentirme orgullosa. Mi objetivo es unirme al grupo humano más fuerte para poder sobrevivir y llevar a cabo la misión.
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Nota: maquetación en versión beta.
Una historia bien planteada, me ha fascinado la ambientación y el ritmo, cómo se desvela la trama poco a poco, pero sin jugar con el lector, que es lo difícil.