Este relato me ha parecido muy bueno; sin necesidad de jerigoncios narrrativos, funciona como un misil de crucero fabricado con piezas de electrodomésticos desechados y componentes de baratillo comprados en un chino. El autor equilibra con bastante acierto el mangoneo que da a la coprotagonista como personaje de ficción que es con una pizca final de respetuoso descaro hacia su intérprete. También me ha gustado que el autor incluya un enlace hacia el disco del que forman parte las canciones mencionadas en el texto, muy buena música la de ese grupo para mí desconocido hasta antes de leer el relato. En suma, una lectura cien por cien recomendable.