Espléndido texto. Exige lectores comprometidos, pero les compensa con creces adentrándonos en un mundo probable.
Resulta un eco de ciencia-ficción a lo que está por devenir en esta humanidad preocupada por sus egos y no por sus prójimos si no puede impresionarles. Cuando las pantallas y los mensajes, a los que somos y seremos aún más adictos, pasan a pensar por nosotros.
Porque la imagen es todo. Tener eso que ansío pisando al otro. A como dé lugar.
Por medio, un mundo según perspectiva individual, transformaciones y cero empatías.
Títeres...
Y luego el duelo. Por imposición. Dónde nadie nunca gana
Tened cuidado con los deseos propios que no son vuestros.
¡Encantado con la desafiante lectura! Felicidades al autor.