No hay luz. No hay árboles. No hay nada salvo el incesante goteo del agua que cae periódicamente del techo. Nada, salvo la oscuridad.
En las entrañas de la tierra habita una raza tan antigua como cruel en sus costumbres. Los llaman elfos del subsuelo, y rara vez abandonan sus dominios. Salvo que estén de caza.
Contra ellos, no hay mejor arma que la prevención. Eso es algo que todo el mundo sabe en Aka-nhû. Sin embargo, cuando los príncipes son secuestrados, Idräna no tiene más remedio que desoír los consejos de su pueblo y adentrarse en el reino de la oscuridad para tratar de salvarles a ellos y a su amigo Caren. Aún si es a costa de su propia vida.
Sus habitantes son crueles y también lo son sus relaciones políticas y sociales. En este contexto acompañaremos de forma alternativa a tres viles personajes cuyos destinos quizás no nos importen, pero... Más