Cris está preocupado porque han comenzado las vacaciones de Navidad y se marcha con sus padres al pueblo. ¿Sabrá Papá Noel encontrarle en casa de sus abuelos? Pronto sustituye esa inquietud al enterarse del motivo el viaje: el abuelo Julián está muy enfermo y es posible que muera.
En el pueblo conoce a Thalía, su prima, y descubrirá por qué no sabía de su existencia hasta ese momento pese a tener nueve años igual que él.
Juntos vivirán la increíble aventura de ayudar al alma del abuelo Julián a subir al cielo la noche más larga del año, la noche del Solsticio de Invierno.
Todos tenemos una familia y todas las familias tienen sus historias. Este cuento es, en esencia, uno de esos relatos familiares y su lectura es apta para todos los públicos. Los lectores más jóvenes disfrutarán la andanza de Cris y Thalía, mientras que los adultos pueden percibir además otros matices adquiridos con los años, los complejos lazos que unen a las familias o las consecuencias de despedir a un ser querido.
Pero no estéis tristes por el adiós, ¡que al final hay chocolate con churros!