La fábrica es el centro del universo entre las interminables colinas boscosas, es el alfa y el omega, donde todo empieza y acaba e Izumi lleva trabajando en ella no sabe ni cuánto tiempo ya. Apunta en un diario su día a día aunque siempre es noche cerrada y mantiene conversaciones con la única compañía que ha encontrado en este mundo: el propio sistema operativo de la fábrica.