De las cosas que más me gustan de Sanderson es la capacidad de coherencia y reglas propias que establece en los universos que crea. Todo resulta tremendamente sólido y creíble dentro de ese marco. Aparte por supuesto de los personajes profundos y complejos a los que nos tiene acostumbrados (a excepción de Steelheart).
Es una novela bastante coral y los protagonistas principales son tres: un hombre y dos mujeres. Acompañados por algunos personajes menores pero muy influyentes en la trama. La evolución de ellos, en especial de las dos mujeres que comienzan muy estereotipadas, se va definiendo y cambiando de forma natural. Suele ser habitual en este autor que la segunda mitad de las novelas esté más elaborada, tenga mejor ritmo y los personajes resulten más interesantes.
La historia resulta muy absorbente y aunque diste de ser algo original (reinos enfrentados, amenazas de guerra, traiciones, etc) sí que contiene los suficientes giros de guión muy bien planteados para que, aunque sospeches que algo no cuadra, no te los veas venir.
Lo único que no me ha convencido es el tufillo de moralismo y puritanismo que rezuma en algunas partes. Sí que es cierto que hacia el final queda más o menos justificado en la evolución de los personajes, pero no he podido evitar ver un sutil sermón como ruido de fondo.