Radicales en sus ideas y dotados de una profunda espiritualidad, los cátaros rechazaban el materialismo, trataban como iguales a las mujeres, aceptaban la diferencia de credo, defendían el amor libre y afirmaban que el infierno no existía. Pero sobre todo, estos rebeldes pusieron en entredicho la autoridad de la Iglesia y su concepción del bien y del mal, provocando con ello que se tambaleara el sistema de valores impuestos. Ante tal situación, Inocencio III, apoyado por los señores feudales, promovió unas campañas bélicas que, de 1209 a 1229, desempeñaron con éxito su misión: exterminar el catarismo. El periodista Stephen O?Shea nos presenta un ilustrador cuadro de la Francia medieval, así como una evocación de otra época que lleva a pensar que la intolerancia religiosa es intemporal.
Stephen O'Shea nació en Toronto, Canadá. Se licenció en Artes en 1979 en la Universidad de Queen en Kingston de Ontario y en la Université Laval de Quebec. Tiene un Diploma de Etudes Approfondies, en la Universidad de París en 1982 y un Certificado de Estudios Políticos en 1981 del Institut d'Etudes Politiques de París. Como periodista ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Francia. Es conocido por sus trabajos sobre la herejía cátara y también sobre la I Guerra Mundial.