John Williams ha construido un personaje sólidamente humano, tan humano que cualquiera podría contemplarse en su reflejo. Stoner es una novela sobre la integridad y la renuncia; una historia que consigue que te impliques, que comprendas, que disculpes y admires en la misma medida el estoicismo y las debilidades de este profesor al que es muy probable que ya me sienta vinculada para siempre.
Stoner es, sin duda, un ejemplo de para qué sirve la literatura. Stoner se presenta como un canto a la dignidad de la vida, pese a sus miserias y a sus decepciones; como un himno a la belleza de los pequeños gestos; como una loa a los instantes de quietud y de paz. Su lectura reconforta tanto que obligará a los hombres y mujeres a retomar las páginas del libro en cuanto se les presente la menor ocasión. No lo tengan a mano cuando cojan el coche, o se eternizarán en los semáforos…
Stoner de John Williams es algo más que una gran novela, es una novela perfecta, bien contada y muy bien escrita, de manera conmovedora, que quita el aliento.
«Su éxito viene del eficaz estilo de John Williams, que, por ejemplo, satiriza con genio la sordidez del mundo universitario o transforma una mínima disputa conyugal en tragedia. Todo lo anodino cobra el sabor de los viejos mitos. [...] El autor condensa con verdadero genio, en 400 páginas, sesenta años de vida, sin olvidarse de ningún personaje.» Enrique Vila-Matas