Desde hace tiempo tenía en mente reunir en un libro algunos de los relatos que he escrito durante los últimos años. Era una de esas cosas que vas dejando para más adelante, un buen propósito de los que suelen quedar en un cajón. Sin embargo, la cercanía de este Sant Jordi confinados me proporcionó la motivación extra que necesitaba para ponerme a ello. La imposibilidad de organizar nada al aire libre y la sensación de que iba a dejar pasar el día más bonito del año como uno más de estos días de monótono encierro me empujaron a rebuscar en el ordenador para recuperar los 15 textos que componen esta antología.
La verdad es que no he seguido un criterio concreto para seleccionarlos. Creo que están los mejores relatos que he escrito y algunos de los más curiosos. La idea es proporcionar un rato de entretenimiento y puede que de reflexión a quien se anime a leerlos.
No aporto ninguna novedad, ni en lo de regalar literatura durante el confinamiento ni en cuanto al contenido, pues todos los relatos están publicados en mi blog, en Salto al reverso o en El Callejón de las Once Esquinas.
En cuanto a la portada, el árbol de la foto es el roble milenario del Giol, que espero volver a visitar pronto, y el título es la expresión de lo que más añoro en este momento, la medicina que estoy seguro de que ansiamos muchos de los que imaginamos a un burócrata gris al oír pronunciar ese aséptico sintagma, “distancia social”, que nos va a acompañar durante demasiado tiempo.
Espero que os sintáis abrazados por estas historias.