Una «historia novelada», donde la historia pone la trama y la ficción el trasfondo. Doña Mencía, cuya vida transcurre a lo largo del reinado de cinco reyes castellanos, es el gran personaje de la novela. Se trata de una observadora lúcida y privilegiada de su tiempo, que va narrando los hechos con un estilo apasionado y vibrante. El puñal-cruz, que en ficción del autor habría sido el arrojado por Guzmán el Bueno para el sacrificio de su hijo durante el cerco de Tarifa, es el legado de Recaredo, que investiría a los Guzmán-Trastámara como legítimos descendientes del linaje visigodo, convirtiéndolos en la auténtica dinastía ibérica capaz de resucitar en la Península el reconocido por la Iglesia como el «Quinto Reino de Dios». Es tal la fuerza y verosimilitud de los elementos narrativos, que hacen dudar de su naturaleza apócrifa…