El británico James Whale (1889-1957) comenzó su carrera cosechando grandes éxitos en el teatro londinense, para posteriormente dar el salto a la dirección cinematográfica en Hollywood. Si bien su obra no se circunscribió exclusivamente al cine de terror (sólo se enmarcan en este género cuatro de sus más de veinte películas), sí es por su aportación al mismo por lo que es y será siempre recordado. El doctor Frankenstein (1931), El caserón de las sombras (1932), El hombre invisible (1933) y La novia de Frankenstein (1935) son su mayor legado. Producidas en el seno de los estudios Universal cuando estos vivían su etapa de mayor esplendor, tres de ellas están unidas a otro gran mito del cine fantástico: Boris Karloff, que siempre será reconocido como el mejor actor que interpretó al monstruo de Frankenstein, al igual que Whale será recordado como el padre de Frankenstein.
La literatura, a través de la exitosa novela de Christopher Bram, El padre de Frankenstein, y el propio cine, con la adaptación a la pantalla de esa misma obra literaria que se materializó en Dioses y monstruos (Gods and Monsters, 1998), dirigida por Bill Condon, se ocuparon de acercar al público la personalidad de tan peculiar creador. En ambos casos de forma muy inspirada. Este libro es otro intento de dar continuidad a la divulgación de la vida y obra de este singular artista. James Whale es, como cineasta, todo un clásico. Y los clásicos, ya se sabe, nunca morirán.
[..] En este libro encontraremos una meticulosa crónica y un inteligente análisis de la obra de un cineasta único. El ascenso y eventual olvido de Whale se narran con precisión y bien informadas opiniones. Bienvenidos a un mundo de Dioses y Monstruos.[...] Extracto del prólogo de Guillermo del Toro