Casilda Hernáez fue una revolucionaria vasca y libertaria, una mujer de un fuego que no se apaga, una luchadora que no perdió la capacidad de soñar.
Estas páginas nos cuentan buena parte de sus vivencias y sentimientos atravesando una de las épocas más convulsas y fascinantes del siglo pasado.
Dicho con sus propias palabras:
"En aquellos tiempos lo más sublime que se podía ser era obrera internacionalista, era algo que se salía de lo mediocre, un sentimiento superior".