No hay mucho que decir en esta novela. El primer relato es un buen ejemplo de cómo los personajes pueden mostrarse activos para hacer avanzar la historia, pero los otros no destacan especialmente. Tanto el segundo como el tercero tienen algunas buenas ideas de fondo. La cantidad de colonos que sobrevivirían a un viaje en criogénesis. O las consecuencias de unir mente informática y cuerpos orgánicos.
No obstante, como novela de entretenimiento no es de las más memorables. Y, en mi opinión, se va con esas novelas anodinas que sí, he leído, pero sin más. Una lástima, porque venía muy motivado para leer “una novela corta de ciencia ficción dura”. Me he quedado con las ganas.
No la pondría en mi lista de prioridades, porque no me ha aportado nada nuevo salvo más curiosidad sobre novelas de primer contacto. En eso no le niego mérito, pues voy a echar un ojo a ver qué hay por ahí. Pero en lo que se refiere a la lectura en sí, su mayor virtud es su brevedad.
El primer relato es muy bueno, eso es innegable. Y en esa calidad tal vez influye su extensión: siendo el más largo tiene detrás un mayor trabajo. Quizá algo más de profundidad en esa historia primigenia hubiera dado para una gran novela.