El 31 de agosto de 1888 aparece el cuerpo de Mary Ann Nichols en Buck’s Row Street. Dos cortes en garganta y abdomen parcialmente desgarrado. Presenta otras incisiones en esa parte de su cuerpo.
Lo que parecía un asesinato horrible se convierte en el principio de una ola de homicidios que mantendrán a Londres sumido en el miedo y el oscurantismo. El inspector Abberline, Conan Doyle, Andrew Lang, Sherlock Holmes y el doctor Watson se adentran en la investigación de los hechos.
Los sospechosos se cuentan por decenas, la sangre y las vísceras siguen bañando el Támesis, mientras Holmes descubre que hay cosas que incluso a su mente pueden escapársele. Mientras se escucha hablar de conspiraciones masónicas, de Maybrick, Ostrog, Pedachenko, William Gull, Francis Tumblety, el príncipe de Gales, Walter Sickert.
Un plano, el de Whitechapel. Unas calles que conocen la identidad del asesino y jamás lo han revelado: Hanbury de Spitafields, Dutfields Yard, Mitre Squire y Dorset también de Spitafields.
Adéntrate en el único suburbio londinense que llevó a Holmes a un callejón sin salida.
¿Qué tienen en común los sospechosos? ¿Pudo ser el Destripador una mujer? ¿Quién podía odiar tanto a las prostitutas como para, no solo matarlas, también eviscerarlas.