Praga. Verano de 1939.
Niebla aseguraba que existía un mundo que se rozaba con el nuestro, un lugar increíble, oscuro y oculto. El reino de los Cristales Rotos. Niebla decía que si conocías la forma de cruzar sus puertas, podrías sumergirte en sus misterios y mezclarte con sus habitantes. Gente diferente, gente peligrosa con un poder extraordinario que nosotros, los tristes, no podíamos ni imaginar.
Yo no le creí ¿Cómo iba a tomarme en serio semejante locura? Una noche de verano, suave y cálida, poco antes de que la tormenta de la segunda guerra mundial se desatase sobre Europa, Niebla nos llevó al Reino de los Cristales rotos. Es extraño… pese a los horribles sucesos que vivimos, pese a tanta muerte y dolor, aquellos fueron los mejores días de mi vida.
Y es curioso, daría todo lo que poseo por regresar al reino de los cristales rotos… y por cambiar lo que allí sucedió.
Uno de los mejores libros de fantasía que eh leído. Misterioso, ingenioso y lleno de situaciones humorísticas que crean buen contraste con lo fantástico y trágico de la aventura. Sin desperdicios.