Cuatro veces al año, una por estación, las estrellas llueven sobre el ancestral bosque de Tangará. Son la energía que Aurosk, el dios del cielo, envía para que la tierra se empape con su poder y el equilibrio entre todas sus criaturas sea el correcto. Si alguna de esas estrellas no llegara a integrase con la tierra, se impediría el comienzo de la siguiente estación, la naturaleza sufriría y se detendría la rueda de la vida.
Cuando el padre de Cintya desaparece en el bosque, esta no abandona la esperanza de que todavía está vivo en algún lugar de Tangará. Un día, por casualidad, cae en sus manos un duende del bosque, y Cintya no duda ni un segundo en utilizarlo para ir en su busca. Lo que no sabe es que esta aventura la llevará mucho más lejos de lo que jamás hubiera soñado y que terminará mezclándose en los asuntos de todas las criaturas, mágicas o no, que habitan el legendario bosque. Alguien ha robado las lágrimas de la noche, y sin ellas no hay esperanza para nadie en Tangará.