La tristeza es ahora un problema de diseño. Los altos y bajos de la melancolía están codificados dentro de las plataformas de redes sociales. Después de dar clic, navegar, pasar el dedo y dar “me gusta”, todo lo que nos queda es el evidente y vacío resultado del tiempo perdido en la aplicación.
Tristes por diseño ofrece un análisis crítico de las crecientes controversias en torno a las redes sociales, tales como las fake news, los memes virales tóxicos y la adicción en línea. La fracasada búsqueda de un gran diseño ha dado como resultado la despolitización de los estudios sobre Internet, los cuales son incapaces de generar ya sea una crítica radical o una búsqueda de alternativas.
Geert Lovink nos llama a abrazar la intimidad dirigida de las redes sociales, las aplicaciones de mensajería y las selfies, porque el aburrimiento es la primera etapa para superar el “nihilismo de plataformas”. Luego, tras la bruma, podremos organizarnos para interrumpir las industrias de extracción de datos en su núcleo mismo.
Geert Lovink (Amsterdam, 1959) es un teórico de medios, crítico de Internet y autor de Uncanny Networks (2002), My First Recession (2003), Fibra Oscura (2004), Zero Comments (2007), Redes sin causa (2016), Social Media Abyss (2016) y Tristes por diseño (2019). En el 2004, Lovink fundó el Institute of Network Cultures [Instituto de Culturas de la Red] en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Amsterdam. Esta institución organiza conferencias, publicaciones y redes de investigación tales como Video Vortex (video en línea), Unlike Us (alternativas a las redes sociales), Critical Point of View (Wikipedia), Society of the Query (cultura de búsqueda), MoneyLab (modelos de negocio con base en Internet en el mundo del arte). Sus proyectos recientes abordan la industria editorial digital y el futuro de la crítica de arte.
«Desde hace más de una década Geert Lovink es una de las pocas voces realmente profundas, lúcidas y originales en un campo teórico, el de los estudios sobre la sociedad digital, saturado de ruido apocalíptico o integrado». —César Rendueles