Doce horas es un reflejo de la realidad contemporánea. Sus páginas abordan temas relevantes como la corrupción, el engaño a nivel íntimo y público y el abuso del poder político.
La novela está escrita en clave de suspenso, con matices eróticos, y se involucra en las tortuosas relaciones de pareja, los manejos corruptos en las altas esferas de poder, el juego de ambiciones a favor de grupos económicos, el discurso conveniente de los medios de comunicación, y los niveles de degradación a los que se puede someter a los individuos por intentar alcanzar el poder a toda costa.
El libro narra la historia de un candidato político que es inculpado de abusar de una menor de edad con la intención de sacarlo de la lid electoral. En este proceso el personaje deberá vivir las doce horas más angustiantes de su vida. En el camino se dará del verdadero rostro de las personas que están a su alrededor.
Ambientada en los años noventa, la novela aborda temáticas actuales como la falta de ética de medios de comunicación que colocan a líderes de opinión para defender sus intereses de poder. El libro también toca otros temas transversales como los males de la sociedad de finales de siglo XX y el racismo de las clases políticas adineradas.