En una selva muy lejana había nacido un elefantito llamado Kobac, quien tenía cualidades especiales ya que desde que llegó al mundo, empleaba su moco para hacer signos y figuras en el suelo arenoso.
Viendo esa situación fue enviado por el rey de la selva a la ciudad para que aprendiera y escribiera sus experiencias.
Así fue como una vez llegó a la urbe se percató del maltrato a sus congéneres, y nadie hacia nada para evitarlo.
Pensando en cambiar esa situación decidió crear un movimiento para que fueran liberados en sus hábitats naturales.
Se convirtió en un activista de prestigio gracias a su exposición de las condiciones crueles a las cuales eran sometidos, creando un sismo mundial que lo llevaría a iniciar una gran aventura cargada de anécdotas que invitan a la reflexión.