Una historia filosófica-teológica... y hasta junguiana. Un relato perfecto para quienes nos hacemos preguntas sobre el sentido de nuestra existencia y la de dios, o eso que hemos aprendido que debe ser dios.
Y como no soy crítica literaria, como lectora solo puedo decir que lo disfruté y me hizo reflexionar, ¿qué más podría pedir?