Hay lugares que marcan y, por desgracia, hay lugares en los que los seres humanos hemos hecho más que dejar marca; hemos dejado cicatrices en la tierra, en el agua y en el aire. Los océanos siempre han existido en mi vida en forma de charcos, lagunas y dos mares, el menor y el mayor, el muerto y el Mediterráneo.
De alguna forma, esta es mi triste elegía, mi gracias y mi disculpa.
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