Me ha encantado. El relato cambia la redacción conforme el personaje de una forma muy sutil que hace que te encariñes rápidamente con el protagonista principal y su pareja de baile. Las metáforas muy bien elegidas y suaves, que es casi como un arrullo que encandila. Y ya que decir del mensaje, tanto ecológico, como LGTB.
Si se busca una lectura para una tarde de verano, es esta.