Felipe Lorenzo no quiere protagonismo, tan solo seguir siendo el cerero del pueblo, pero en los lugares pequeños siempre pasan cosas. Una niña desaparece, una luz le persigue por los caminos, un monstruo se viste de persona...
Y por mucho que intente mirar para otro lado, tan solo puede evitar su papel un tiempo, justo hasta que las luciérnagas aparezcan.
Realismo mágico rural. Es un relato intenso, la atmósfera misteriosa e inquietante está muy conseguida. Precioso, intrigante, nostálgico... Para dejarse llevar.