Aunque el mundo muera es una novela postapocalíptica donde el fin del mundo ocurre a cámara lenta. Y, en realidad, no importa. Dos hermanos viajan por una carretera que no parece terminar nunca. No sabemos de dónde vienen, no sabemos a dónde van. Pero no pueden detenerse. Y avanzan, avanzan, mientras discuten y tienen pequeñas cuitas íntimas.
El fin del mundo no importa cuando tienes que pagar el alquiler del mes que viene y no hay dinero en la cuenta.