Elemental, Fernández-Luna no es un ensayo histórico, ni tampoco una obra literaria –aunque bebe mucho de ello–, ni tampoco una biografía –si bien, también hay muchos datos biográficos en la obra–, es algo diferente. Podríamos considerarlo un libro con tintes de divulgación y de memoria, pues lo que pretende es homenajear a la figura de Ramón Fernández-Luna, un personaje casi olvidado, pero que fue considerado en su época «el Sherlock Holmes español», y con todo acierto.
El comisario de la Brigada de Investigación Criminal Ramón Fernández-Luna resolvió, utilizando los novedosos métodos científicos de la época (el uso de la fotografía, la dactiloscopia o las reconstrucciones de los crímenes) y unas dotes de observación y deducción fuera de lo común, los más increíbles delitos, asimilándolo al personaje literario creado por sir Arthur Conan Doyle.
El libro trata del inicio de la policía científica, de los «otros» Sherlock Holmes y es, en definitiva, un acercamiento a una de las figuras más desconocidas de la crónica policial española, un hombre al que la Policía actual debe mucho de su forma de investigación, llegándose a considerar el germen de la investigación policial moderna, tal y como la conocemos actualmente.