Calíope es el seudónimo de una joven que acaba de cumplir veintisiete años con un estilo de vida liberal e independiente. Trabaja como webcamer para conocer de cerca las redes de poder que los hombres tejen para las mujeres como un espejismo de libertad. Ella se apoya de su inteligencia para sus experimentos antropológicos, muchas veces arriesgando la vida en situaciones donde la mujer solo es un cuerpo débil cuya palabra no tiene relevancia, puesto que, por su género y la condición sexual de su trabajo, no tiene acceso al respeto y a los derechos humanos. Sin embargo, Calíope reta ese contexto de cosificación femenina para intentar exponer su autoridad sobre su cuerpo y sus decisiones.
Como personaje principal, ella tergiversa el sentido de la prostitución digital que, en principio, no incluye el contacto físico tradicional de una trabajadora sexual con sus clientes. Su formación universitaria, aunque inconclusa, le ofrece herramientas de pensamiento que le permiten superar los moralismos frente a su trabajo de modelo webcamer. Su capacidad para comprender el contexto que la rodea la convierte en una mujer sensible que percibe las intenciones de los otros observando sus acciones, y para ello, deja de lado la sensiblería que se opone a una perspectiva amplia del entorno.
Calíope Offline es una historia de ficción, pero también es la posibilidad de lo real para las mujeres latinoamericanas que sobreviven en condiciones de pobreza limitantes para su desarrollo intelectual. Sus cuerpos, lo único que tienen, son la garantía de una supervivencia animal que no pueden ofrecerles las ideas, porque los espacios para cultivarlas les han sido negados directa o indirectamente. Calíope nos demuestra que la mujer que se atreve a formarse es irreverente y, por tanto, para un contexto machista, es incómodo e impertinente.