El público es la obra más comprometida y personal de Federico García Lorca, y al mismo tiempo la menos popular, escrita entre Nueva York y La Habana en 1930, tras algunos desengaños sentimentales y en crisis con su entorno cercano por su forma de encarar el teatro.
Sin embargo su estreno mundial no tuvo lugar hasta 1986 cuando fue representada en el teatro Fossati de Milán, y días después en el María Guerrero de Madrid, convirtiéndose en el acontecimiento teatral de la década.
“¡Hay que destruir el teatro o vivir en el teatro!”, exclama Lorca en esta obra, con la que aspiraba a iniciar un nuevo camino. Y para ello el poeta toma elementos surrealistas y elige el disfraz del teatro para enfrentarse a la homosexualidad, a la vida y a su oficio de dramaturgo.
La obra habla del teatro y del deseo a través de un juego de máscaras, en el que se superponen la ficción y la realidad, y donde las identidades se encuentran en continua metamorfosis persiguiendo sin descanso la autenticidad, la honestidad y la libertad.