El protagonista de este relato se traslada desde el siglo XX a un convento italiano en la época del Renacimiento, para entregar una carta a Lucrecia, quien la recibe con avidez e incontenible curiosidad.
El narrador se ha comprometido a escribir algo sobre esta misteriosa mujer, que testimonie haberla visto en el convento. Sin embargo, el relato divaga por los recuerdos del viaje, historias oníricas y los extraños sucesos que le ocurren en la Italia renacentista.