Medea es una semidiosa exiliada, una hechicera bárbara, que aúna lo maravilloso y lo terrible del amor y que no participa de la mortalidad sino a través de sus hijos y de su amor a Jasón.
La obra recoge la jornada en que ve cómo su hombre va a casarse con otra mujer. Ese va a ser el motivo de la explosión y de la ruptura. Situada doblemente en tierra de nadie (fuera de su país y abandonada por su marido), se produce el descubrimiento de las profundidades del alma cuando el corazón siente romperse las vías que, ligándolo a la realidad, lo conectaban a su sueño.