Puede que hayáis escuchado mi nombre. Soy Brannagh el Calcinado; para algunos, un héroe del pueblo; para otros, un vulgar criminal perteneciente a La hermandad del Cerro Negro. Pero, en realidad, no sabéis nada. Hubo un tiempo en el que se aclamaba el apellido Munroe con orgullo y sin temor. De hecho, gozaba de gran reputación en todo el imperio auriano. Incluso un comandante de la guardia del emperador llegó a ostentar ese ilustre apellido en tiempos lejanos. Yo tuve el honor de servir a lady Dinah Munroe, hermana del príncipe Roland, como capitán de la guardia. Lo cierto es que ni su grado de parentesco con el regente de la provincia de Anglia ni su amistad personal con el emperador detuvo la mano del príncipe a la hora de aplicar lo que ellos llaman justicia. ¡Escuchad con atención, pues esta es la verdadera historia de la caída de la casa Munroe!