Llamadme Ismael.
En el momento en que empieza la historia que voy a contaros yo tenía dieciséis años y vivía en Transilvania. Es un pueblo muy pequeño, en principio no muy diferente de tantos como hay desperdigados por las inmensas llanuras del gran estado de Texas: apenas una docena de casas a lado y lado de la calle mayor, que empieza en la nada y acaba en la iglesia.
Sinopsis:
El pueblo de Transilvania, en Texas, vive bajo la sombra de la tiranía del Comodoro, un ranchero terrateniente que es algo más y algo peor que un ranchero y un terrateniente. Incluso algo peor que un ser humano. Hasta que llega un oscuro jinete: Valdemar Veracruz, el legendario cazarrecompensas, que ahora es más que un cazarrecompensas. Viene buscando venganza, y para conseguirla no dudará en incendiar el infierno.
El infierno y Texas es una trepidante novela pulp que mezcla sin pudor ni vergüenza pistoleros, vampiros, tahúres de saloon, chamanes apaches, zombis y criaturas lovecraftianas en un cóctel altamente disfrutable con el que su autor rinde homenaje tanto a los spaghetti westerns como a las películas de vampiros de la Hammer, y también a las novelas de kiosco de Marcial Lafuente Estefanía. Es el argumento de la película que a Sergio Leone y a Terence Fisher les hubiera gustado dirigir a cuatro manos. Con banda sonora de Ennio Morricone, por supuesto.
Sobre el autor:
Xavier B. Fernández (Barcelona, 1960). Autor de Los Archivos de Van Helsing, novela publicada en 2019 por El Transbordador y que en 2017 quedó finalista en la XXII convocatoria del premio Fernando Lara de novela. Otras novelas suyas son Kensington Gardens (Premio Novela de Carretera, 2006); El sonido de la noche (2010; reeditada posteriormente con el título de Barcelona Jazz Club); Un trabajo nocturno (Premio Río Manzanares, 2010); El amante de la mujer árbol (Premio Fernando Quiñones, 2013) y Dinero fácil (Premio Black Mountain Bòssost de novela negra, 2019). En 2021 ganó el premio Lloret Negre de relato con la obra Hemingway no estuvo aquí. También ha escrito teatro en catalán (Diògenes i Epicur al parc) y poesía (La playa de los peces muertos). Antes de dedicarse de lleno a la literatura, trabajó como periodista en diversas publicaciones y escribió guiones para varias series de televisión de dibujos animados, entre las que se cuentan Detective Bogey y Bandolero.