Estos versos manifiestan una mística profunda. El autor, inspirado por la fe, necesita transmitir su vivencia interior del Espíritu Santo. Nos asegura que confiar en Jesucristo significa el mayor acierto a que puede aspirar un ser humano. Nos invita a que nos dejemos llevar por la Divinidad, con total confianza y con total amor. Nos sugiere que el cristiano se caracteriza por estar contento y rechaza el cristianismo triste y desesperanzado. El servicio a los demás es valorado por Alfonso Jesús Olaz como uno de los distintivos del cristiano y como el valor más grande de la persona. Hay que destacar también su aspecto literario, de una poesía bella, que refleja el amor con palabras vivas, con pasión y armonía a la vez, con maestría y talento poético.