El título de este ensayo novelado sobre la salud mental y los tratamientos aplicados en el pasado en los hospitales psiquiátricos: la esquizofrenia y el amor, parece referirse a una antítesis irreconciliable. Y, sin embargo, el personaje que aparece como usuario de la Red de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, diagnosticado con esquizofrenia paranoide, es un joven cristiano pero perteneciente a una familia de comunistas, radicales de izquierdas y abertzales. No ha cometido ni un solo delito, ni tan siquiera infracciones de tráfico. Por lo demás, condena tajantemente el terrorismo de ETA. Además, en etapa escolar y en la secundaria desempeñó el rol de niño superdotado reconocido por los docentes y psicólogos educativos. Sin embargo, a causa de haber realizado el Servicio Militar en plena eclosión de los movimientos antimilitaristas radicales en Pamplona, en el Hospital de Navarra le han sometido a verdaderas torturas, catalogados así este tipo de tratamientos por la ONU.