Los versos de este libro están enraizados en todo lo bello que contemplo: paisajes frescos, viejos caminos, jardines olvidados, bellas musas, recuerdos lejanos y todo aquello que pueda colorear la inspiración secreta; dónde lo endeble se pueda fundir para surgir en lo eterno: la poesía. La poesía -en ocasiones, descubrirá el lector- se desnuda, para nutrirse y arroparse del erotismo, y ambos, laboriosos crean la poesía erótica-lírica. Ambos una sola, única esencia del todo. Es erótico y lírico al mismo instante, elaborando y fertilizando en cada verso, el único numen ardiente en toda poesía erótica-lírica: la belleza.La belleza trasciende sobre la creación poética creando su propio universo: el del arte. Y la belleza es arte.El arte de la belleza emana del verso. Porque los versos son las flores que el alma del poeta enciende para eternizar lo endeble.