En este conjunto de relatos, coexisten asesinos, borrachines, bancarios, animales, escritores y criaturas que asimilan con naturalidad la deformación de su entorno donde las casas desaparecen en un parpadeo, el alcohol da pie a viajes oníricos, los vaticinios se cumplen, las obsesiones se extralimitan, las revoluciones y distopías se desatan sin previo aviso, y se narran historias a vómitos. En fin, «Una multitud de porquerías imperdonables».
Los relatos cumplen su cometido. Debería estar en físico y disfrutarse al viajar de noche. Está bien estructurado y se percibe que la técnica escala con raudo vuelo al género bien trabajado de la fant... Más