El siglo XIV avanza hacia su fin: los Juanes gobiernan la Península, Granada empieza a languidecer aislada, las dos cabezas del papado se enfrentan y Venecia se intuye como la gran potencia comercial que habrá de dominar el Mediterráneo por encima de catalanes y genoveses
Los destinos de hombres santos y herejes, asesinos y caballeros, confluyen en una villa donde las reglas del juego están a punto de cambiar.
Una ciudad demasiado antigua con murallas demasiado grandes: Cádiz.