El relato parte de un retrato costumbrista de personajes que puede parecer que no tienen mucho que decirte, pero se va transformando en un puzle de piezas y momentos que encajan a la perfección.
Además, hay un punto de realismo mágico que me ha parecido muy bien usado, de ese que hace que no te importe que lo que se cuente sea verosímil o no, que bien podría ser una historia que se ha deformado al ir de boca en boca o una licencia literaria, pero no importa, porque lo que te cuenta esta ahí, y las emociones y los personajes son muy reales.