Ácratas, subversivos, disonantes, heterodoxos, iconoclastas y cismáticos, disconformes, desobedientes y rebeldes, enemigos de prebendas y outsiders de la literatura, las artes y la vida: bienvenidos al banquete. Os estábamos esperando.
¡Larga vida al emperador de los helados!
«Toda la morralla más insigne e intelectual y perturbada de todas las épocas ha pasado por allí, Brigitte; y cuando uno toca esos muros se siente perplejo y horrorizado y también orgulloso, Brigitte, de estar tocando con sus propias manos la historia de Francia y la historia de Europa, que es como decir nuestra perversa historia, Brigitte, la que en verdad tenemos y nos merecemos, nuestra perversa historia, el nido ponzoñoso del que venimos, Brigitte, nuestra perversa historia, porque cuando uno toca esos muros no solo está tocando un muro de más, cuando uno toca esos muros, Brigitte, está contemplando y tocando y sintiendo la locura y la crueldad humana y europea en todo su esplendor».