La surfera de Higuer

Aparte de la historia, este relato tiene una prosa deliciosa, que transmite luz, sombras, olores, temperaturas, voces... ¡tremendo dominio de la palabra! Aparte de la historia, este relato tiene una prosa deliciosa, que transmite luz, sombras, olores, temperaturas, voces... ¡tremendo dominio de la palabra!

Este es un relato sencillo, si fuegos artificiales, donde prima el recuerdo y la nostalgia de ese momento concreto, y los días que le siguen, que marcan toda una vida algunos dirían que de manera cas...
Este es un relato sencillo, si fuegos artificiales, donde prima el recuerdo y la nostalgia de ese momento concreto, y los días que le siguen, que marcan toda una vida algunos dirían que de manera casual otros que fue el destino. Como sea nuestro protagonista se ve anclado frente al mar que le trae, ola tras ola, el recuerdo de esos días donde lo tuvo todo justo para perderlo tal y como vino: sin más.
Está escrito, por lo tanto, con un poso de nostalgia y, como ya dije, de forma sencilla. Al fin y al cabo, el narrador es el propio pescador contando su historia, salvo quizás el momento del encuentro con la surfera que tiene un toque de aparición casi de parusía. Pero no cuento más. Ya lo leerás.
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Es uno de esos relatos en los que es más importante lo que no nos cuenta directamente, lo que se nos sugiere o, más bien, lo que nos hace sentir. Justamente una de esas historias que podría contarnos... Es uno de esos relatos en los que es más importante lo que no nos cuenta directamente, lo que se nos sugiere o, más bien, lo que nos hace sentir. Justamente una de esas historias que podría contarnos alguien a la orilla del mar. Más

El relato es pura melancolía, y su lectura supone acompañar al protagonista al remolino de su vida.
Cuándo y cuánto amó a la mar, su Cantábrico. A Eleine, su nao y montura acuática. Y, sobre todo, a H... El relato es pura melancolía, y su lectura supone acompañar al protagonista al remolino de su vida.
Cuándo y cuánto amó a la mar, su Cantábrico. A Eleine, su nao y montura acuática. Y, sobre todo, a Harper.
Ella, con mayúscula. Recibiendo su legado en forma de la cicatriz más dulce tras un mundo compartido.

Así lo narra este trovador que nos llega al corazón e impulsa a buscarlo, para invitarle a unas cervezas y que nos cuente más sobre esa vida que yace bajo las aguas.
Porque la vida nunca muere mientras quede en la matriz de la memoria.

Preciosa historia, sentida, sensorial y empática, que provocar un bucear en los recuerdos propios.

Felicidades al autor. Más

El autor logra capturar una esencia, la de los momentos que se quedan con nosotros. Esa nostalgia queda muy bien retratada a través de unos personajes que cobran vida en tan pocas líneas. El autor logra capturar una esencia, la de los momentos que se quedan con nosotros. Esa nostalgia queda muy bien retratada a través de unos personajes que cobran vida en tan pocas líneas.

Que en unas pocas páginas te haga senti toda la situación incluso sus sentimientos es impresionante!!! Que en unas pocas páginas te haga senti toda la situación incluso sus sentimientos es impresionante!!!