Lítost o fluir… es la poesía del desgarro interior, pero también de la redención; es el canto de una conciencia atrapada en su terrible limitación orgánica, que busca, con ahínco, luz espiritual.
Asistiremos al eterno ciclo —y mito— de la hija y de la madre, esa ancestral contienda de la emancipación contra la dependencia, de la desidia contra la voluntad, de —en suma— lo regresivo contra lo clarividente.