Los motivos del ventrílocuo reflexiona sobre las coordenadas existenciales en el mundo, el hambre metafísica y el entrelazamiento de ambos motivos en la propia biografía. Lo sublime se intuye tras lo cotidiano y el misterio se anticipa más allá de la fragilidad, las cicatrices de la experiencia humana y la inexpresividad de las palabras.
Partiendo de la voz de otros buscadores de lo trascendente, Antonio Solano encabeza cada uno de sus poemas con los versos de quienes ya hollaron los caminos del símbolo y volvieron para contarlo.
Nos hallamos, así, ante un poemario que no solo expresa la condición de un único hombre, sino que, como un ambicioso y sediento ventrílocuo, continúa el diálogo fluyente e inagotable de todas las voces humanas que traducen como pueden las señales del cielo, la luz del mundo, el rumor de las arenas.