Estados Unidos, finales de los años 40. La vida de Todd Kowalski, un adolescente de origen polaco, se viene abajo cuando su padre ingresa en prisión por robo. Su enojo contra el mundo lo convierte en un muchacho violento y pendenciero que comienza a tener problemas con la justicia. Para evitar males mayores, su madre lo envía a pasar el verano a la granja de sus tíos, lejos de la ciudad, entre los maizales infinitos del Medio Oeste. Allí conoce a su prima Alice, una muchacha hermosa y enigmática que se columpia sin descanso bajo un gran roble. Lo que Todd está lejos de imaginar es la macabra pesadilla que le deparará su encuentro con Alice, el horror que está a punto de desatar su nada inocente romance veraniego.
La chica del columpio es una historia rebosante de sensualidad y violencia que sigue la estela que iniciaron pioneros como James M. Cain (El cartero siempre llama dos veces), y pervive en la obra de Cormac McCarthy (No es país para viejos) y Donald Ray Pollock (El diablo a todas horas). Inspirada en la tradición más genuina de la narrativa criminal norteamericana, esta novela constituye una experiencia tan brutal como inolvidable, una zambullida en los infiernos donde el lector no debe esperar tregua ni concesiones."
"Eloy Cebrián ha escrito una novela de lectura imparable que acoge ecos del gótico americano, de la tradición de la 'femme fatale' o del cine de Hitchcock, y que no tiene nada que envidiar de sus modelos." Manuel Moyano, escritor
Algunos testimonios de lectores:
"La última novela de Eloy M. Cebrián es un artefacto adictivo que literalmente he devorado de una sentada. Y utilizo ese vocablo no por casualidad porque la narración de "La chica del columpio" está salpicada de detonaciones controladas situadas en momentos clave, que se van intensificando conforme se acerca el desenlace." (Daniel)
"El lector no puede parar de leer (a veces con una sola mano), pues cada poco aparece una nueva incógnita que nos empuja a continuar sin pausa." (Guillermo)
"El autor nos zarandea sin piedad y nos deja bien jodidos." (Daniel)
"Hay que permitirse en ocasiones caer en los vicios y esta novela podría ser una de ellas. Leerla da la sensación de estar haciendo algo indebido y la lectura, al menos para mí, si no tiene un toque de transgresión, no es lectura." (Arturo)