Relato bonico y bien rematado. Creo que me habría gustado más si hubiera conocido a los personajes previamente, ya que en los relatos cortos no hay espacio para presentaciones y es conveniente establecer un buen vínculo con Andros y Wes para saborear mejor esta historia. Aun así, se puede disfrutar sin conocer previamente a Wes Marino y sirve para abrir el apetito tras este primer bocado (siempre y cuando no comas lo mismo que él). A mí me ha dado hambre y me apetece probar el menú completo con Bajo la piel de la ciudad.