Aunque tenga un toque de lo más invernal, este cuento es capaz de enternecer al lector en cualquier temporada. Una historia breve pero profunda que remarca la importancia de la introspección y del presente con dos protagonistas sobre los que sería genial saber un poco más. ¿Quizá en una aventura un poquitín más larga? Además, las ilustraciones son perfectas y transmiten una delicadeza similar a la de la rosa de Sarón. Y es que ¿quién no ha soñado con cobijarse en una cabaña en lo más profundo del bosque nevado alguna vez?