Un fuego abrasador quemó las entrañas de cada uno de nuestros protagonistas. Solo quedó oscuridad y cenizas por un periodo de tiempo. Hasta que una tímida luz rebuscó en aquel cenicero de oscuridad y tendió la mano, asegurándose de que volvieran a brillar con luz propia, acompañando pacientemente su proceso. El proceso de resurgir TRAS LAS CENIZAS.