Esta segunda parte de La Torre de Marfil invita al público lector a adentrarse por completo en el desarrollo de la vida del personaje central, acompañándole desde su niñez hasta su edad adulta en plena Movida Madrileña y en una época marcada por la discriminación donde no existía el concepto de la transexualidad y todo comportamiento sexual hacia el mismo género era sinónimo de SIDA. Dentro de este medio, nuestro personaje intentará hacer valer su derecho a vivir como se autopercibe. ¿Podrá lograrlo? Y de ser así, en un entorno que le reclamará por su valor, convicción y militancia, ¿gozará de los mismos derechos que todo el mundo o continuará siendo un ciudadano de segunda? Sin embargo, esta lucha no termina en la última página de la presente entrega; en las sucesivas madurarán los personajes y sus historias siempre intentando gestionar sus vidas en una sociedad que, pese a proclamarse progre, aún esconde el prejuicio de un mundo dividido.