Me vais a perdonar si no me solidarizo con vosotres, que estáis siempre con la preguntita de:
—Oh, pero tú ¿eres escritora de brújula o de mapa?.
Lo digo en serio: me parece que en esos menesteres algún ser incorpóreo del mas allá o algún macabro dios de la risa ha decidido colocarme por encima de la curva para ver cómo pataleo sobre el suelo resbaladizo.